Carta a ti, en hora buena por los 31 de quien te acompaña.
07.02.07
Cc:
Querida mía, hoy otra vez estas en las primeras páginas de todos los periódicos.
Un día más…, un día más me he levantado tarde esta mañana, las sábanas, como de costumbre, se pegaban a mi cuerpo mientras mi piel se mimetizaba con el estampado de la equivocada funda del plumón. Abrí los ojos un par de veces, en el quinto intento lo conseguí, logre cargar el peso de mis párpados y dejé entrar el brillo de esa luz tan desagradable que se cuela por las persianas todas las mañanas. ¿Te has preguntado porqué algunas personas arrastramos los pies al caminar?, mi amada mortal me lo corrige siempre, que mala costumbre muchachita, me repite una y otra vez, pero… cómo explicarle que pesan, que mi cuerpo pesa mucho, que me pesan, u aunque la balanza indique lo contrario todas las noches, el pesar es insoportable.
En fin, sigo contándote querida, después de toda mi rutina matutina (realizada a medias y obligada…. Como siempre) encendí la tv, y para mi sorpresa (¿o no?) ahí estabas, otra vez, presentada en el telediario de todos los canales como noticia de última hora, al ver como te nombraban en todas partes, no lo pude evitar, otra vez caí rendida a ti., sentí como regresaba esa mirada vacía, mi alma nuevamente se lleno de envidia y, en ese momento, no permitía que con ella conviviera ningún otro sentimiento. Hoy mi envidia es hacia los 31, veo que con esa edad ya te disfruta y comparte la portada de todos los diarios contigo…. Y con lo que yo te deseo.
Como un corto proceso de duelo (ya soy experto en ellos…. Por ti) la envidia se transformó en admiración, por ti 31 que conseguiste estar con nuestra amada, y frustración por mí, este día será tuya, otro día será mía.
Admiro su valentía, su “egoísmo”, su dolor y sufrimiento que ha sido suficiente para alcanzarte. Y yo… es que ¿no soy valiente?, ¿soy menos egoísta?, ¿siento menos dolor?, ¿sufro menos?
La envidio, hoy envidio su descanso, el que estoy segura que buscaba con tanta insistencia, el que pedía a gritos, el que hoy tiene. Comprendo su razón, y aunque aquí la mayoría no lo haga, no lo justifique, no lo perdone, no lo vea motivo suficiente, yo se querida que la tienes en tus brazos, se que hoy la arrullas, y que por fin podrá descansar de estos 31 años de agonía en un mundo que no sentía suyo. Hoy te admiro.
Y a ti querida, hoy te deseo como todas las noches y mañana me lamentaré de no haberte encontrado… como todas las mañanas.
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1 comentario:
Grato leerte, visitaré tu blog más seguido. Saludos
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