Eso...
Fuerza, Pulsión, Envoltura, Enamoramiento, Llamamiento, Convencimiento, Deseo, Desesperación.
Melaza, tibia miel, corteza
Deseo de dejarte llevar, de entregarte por completo, dejarte envolver suavemente.
No esconder, dejarte llevar y mostrar a quien quiere ver, miel caliente, pero no dulce, temperatura, pero no sabor, ni gusto, ya no es necesario…
Dejándome caer hacia atrás con los brazos extendidos, tal cual juego de confianza, -¿y cómo no confiar en lo que tanto añoro?-, me dejo llevar por el deseo, sintiéndome por fin completa, llena, satisfecha, realizada.
Me ves, me veo, las facciones de mi rostro ya no son duras, fuertes, se han ablandado, como si por fin descansara, encontrando mi ansiado destino, ya hoy por fin… es mi turno.
El clima es perfecto -basta con una ropa ligera y ancha, con tonos beige y azulados- lo siente cada una de las terminaciones nerviosas de mi cuerpo, por separado, lo trasmite, sin llegar a colapsar, porque el equilibrio simplemente es total. Las células muertas de mi piel, envidiosas, desean volver, al ver como sus reemplazos experimentan eso. El silencio es perfecto porque no te llega a aturdir, claro, no existe la escucha, los oídos son innecesarios, un sentido más del que puedo prescindir, es el turno de la piel.
Clara oscuridad, como una noche clara bajo la luna llena, en donde todo lo puedes ver, incluso con los ojos cerrados. Eso, el único estado de perfección conocido, con los dos únicos sentidos realmente necesarios. No te puedo tener mucho tiempo, no puedes ser, y ahí despierto recordándote en mis sueños.
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